jueves, 27 de enero de 2011

LA Pobreza: Una realidad social del Tercer Mundo

Por: David A. Gómez Ferreira

Si bien es cierto que la segunda posguerra trajo consigo grandes episodios que marcaron un hito en la historia en los denominados países tercermundistas, los cuales registraron y dejaron un sin número de personas mal llamadas “víctimas de la pobreza”; que se incluyeron dentro de un importante y árduo proceso de reestructuración social, política, cultural y económica de mundo global.
Es así como la famosa “Guerra de la Pobreza” en los países del tercer mundo, empieza a  tomar relevancia, agregando que la globalización para esa época, por los Estados Unidos empezaba a dar pasos agigantados en estos territorios. Luego, las problemáticas de estas regiones empiezan a conocerse a nivel mundial y se centra la atención en las mismas, enfatizando en las condiciones crónicas y malestares sociales que presentaban estos países; convirtiéndose de esta manera en amenaza para los países más desarrollados.
Para la época de la colonia, era muy difícil que los nativos pudieran aliviar su pobreza y su preocupación aumentaba, ya que ésta estaba condicionada a creer que aunque se formaran o se educaran  para erradicar su pobreza, su desarrollo económico sería baldío; esto, agregándole que una de las bases para su progreso económico, era la ciencia y la tecnología y para los nativos era de difícil accesibilidad o nula. No obstante, ha de conocerse que la pobreza de forma masiva, en la conceptualización moderna, apareció cuando se empezó a difundir sobre la economía de mercado y cuando fueron privadas millones de personas del acceso a la tierra, agua y otros recursos. Es decir, se evidencia significativamente la exclusión social y laboral, los pobres fueron y siguen siendo víctimas del desplazamiento de sus propios predios sin importarle a régimen capitalista las condiciones deplorables en la que queden.
Verónica Villarespe Reyes en su libro “Políticas de combate a la pobreza en México: ¿solución, alivio o regulación del fenómeno?(2008) Manifiesta que “El desarrollo del capitalismo ha requerido de la reproducción eficaz de la fuerza de trabajo a través de la provisión de un salario, de un clima de productividad y de cierta cohesión social, de tal forma que el proceso, la acumulación de capital no se interrumpa, es decir que esté garantizada la continuidad de un proceso donde la producción de riqueza deviene en producción de pobreza y viceversa. Con relación a esta cita, podemos decir que en los sectores capitalistas crean políticas de intervención para erradicar la pobreza y empiezan a desarrollarse las mismas sobre la concepción de vida, economía y derechos, o sea, lo que se pretendía era transformar la mentalidad de las sociedades y no crear consumidores crónicos; fue así  que empezaron a tenerse en cuenta a las poblaciones en condición de pobreza convirtiéndolos en objetos de conocimiento y administración de la dicha pobreza en los diversos sectores.
En el siglo XX, lo que algunos investigadores denominaron “Lo Social” empezó a ser tenidas en cuenta. Fue la época en la que se empezó a trabajar según Procacci en la llamada “expansión de las necesidades”, la cual hace referencia a la intervención en los países tercermundistas abarcando no sólo la pobreza sino la educación, salud, bienestar, empleo, moralidad, entre otros aspectos; los cuales a finales de siglo se conceptualizaron como Trabajo Social.
En el año 1948, cuando el Banco Mundial definió a los pobres de aquellos países con ingresos per cápita inferior a 100 dólares, las consecuencias fueron alarmantes se registró con ello que dos tercios de la población mundial se considera como sujetos pobres. De esta manera surge la necesidad de priorizar en el sector económico, generando políticas, discursos y acciones que propendieran a solucionar tales problemáticas. Lo particular de los países del tercer mundo era la pobreza y la posible solución era el crecimiento de la economía y desarrollo, fue así que se comienzan implementar procesos para analizar dicha anomalía, enmarcado y conocido como la “desarrollalización” del tercer mundo.
En este sentido, Michael Woolcock, en el texto “Capital social: Implicaciones para la teoría, la investigación y las políticas sobre desarrollo” indica que las principales teorías del desarrollo conciben las relaciones sociales como problemáticas, explotadoras, liberadoras o irrelevantes y lamentablemente, la realidad no coincide de manera tan exacta con estas descripciones y sus respectivas recomendaciones políticas. Es importante anotar, que muchos de estos países  que presentan dichas problemáticas son explotados, vulnerados y sometidos financieramente en las áreas subdesarrolladas para lo cual se necesita de la convicción y el esfuerzo de que existe el desarrollo, éste utilizado como herramienta para reorganizar y normativizar los países con un déficit de desarrollo.
Después, en el año 1949, cuando el Banco Internacional llega a Colombia, genera un cambio significativo entre los países del primer y tercer mundo. Colombia, catalogado uno de los países con altas necesidades de desarrollo y problemáticas sociales, en ese mismo año, es intervenido por el Banco Mundial para crear un programa integral de desarrollo para el país, el cual en su dictamen manifestó la complejidad de las relaciones de los sectores de la economía colombiana, causantes de efectos menores en el marco del proceso.
Para ese mismo periodo, empezó a aparecer en Colombia las insinuaciones de “Desarrollo Industrial”, que traería consigo el desarrollo del país junto con las diversas problemáticas económicas de las clases populares. Este mecanismo se enmarcó dentro del modelo “Liberalismo Económico”, el cual se consideraba como una estrategia necesaria para el progreso social. La democracia empieza a ocupar espacios como elemento  de la vida, enfocándola en el sentido de la necesidad de crear mayor participación de las clases populares, propender por la justicia social y el darle importancia a las economías domésticas.
De otra parte, existieron otros factores que le dieron forma a esa invención de  discurso de desarrollo global, entre los cuales se encontraban la guerra fría, la necesidad  de nuevos mercados, el temor al comunismo y la superpoblación finalmente la fe en la ciencia y la tecnología, el cual para la época empezó a dejar positivos resultados con relación a la ayuda financiera de los Estados Unidos a las naciones latinoamericanas a través de la Comisión Interamericana para el Desarrollo establecida en el 1940.
Para el final de los cuarenta Estado Unidos propicia e insiste en su política de “puertas abiertas” y los más beneficiados fueron los países de Latinoamérica, ya que se encontraba en cercanía y por tal razón se le facilitaba el libre acceso a los recursos. Sin embargo esta política estadounidense fue mal interpretada y rechazada por Planeación de Políticas del Departamento de Estado, ya que se consideraban a estos países de América Latina ignorantes e incapaces de ayudarse ellos mismos.
En el periodo posterior a la guerra se hacía alusiones por el carácter de urgencia al problema de la población, fue ahí cuando la “Guerra a la pobreza” empezó a justificarse de tal modo que los pobres  eran el objeto visible de una sociedad tercermundista. Iniciaron las proliferaciones y los discursos sobre este tema, el cual empezó a ser motivo de creación de diversos conceptos sobre desarrollo y de la misma manera se empezaron a crear políticas para la formulación de programas con las diversas variables que este arrojó.
Como bien lo expresa Rolando Cordera Campos, en su publicación “Entre la Guerra y la Pobreza” (Marzo 2007) “Como sociedad requerimos construir una visión de bienestar social. Esforzarnos contra la desigualdad y la pobreza, es una tarea prioritaria que exige ser atendida, no sólo por razones económicas y políticas, sino éticas. Este ejercicio debe ser integrador, formar parte de las responsabilidades del gobierno y de la sociedad, creando conciencia de que la cuestión social involucra no sólo al Estado, sino al conjunto de la sociedad.” Es importante agregar que los que se encontraban en condición de pobreza eran olvidados y excluidos socialmente, sin embargo se crearon políticas públicas y programas sociales para beneficiarlos, pero lo irónico era que se formulaban dichos proyectos y los recursos no se dirigían a la solución de estas problemáticas sociales.
A pesar de la situación de los pobres, en esa época, década de los cuarenta, se empezó a tener fe en la ciencia y la tecnología, ya sea para las acciones bélicas o para el desarrollo de estos países del orden del tercer mundo, dado a las pericias que traerían para la manufactura. Además se consideraba que la tecnología se convertiría en la estrategia de progreso a través de unos componentes para ese periodo como lo eran la innovación, la producción y el resultado de una nueva era de modernización. Con ello, se empezó a tomar una nueva conciencia de la importancia de la investigación en el tercer mundo en los aspectos globales de la economía y las políticas de desarrollo, al igual que los factores sociales y culturales.
De esta manera podemos concluir que la pobreza, es y seguirá siendo uno de  los aspectos sociales de gran relevancia para los gobernantes y toda la clase pudiente del mundo, utilizada para acciones positivas y negativas, personales o colectivas. Esta problemática conlleva la creación de un “Régimen de Verdad” constituido por la idea de fuerza de una o varias personas contribuyendo a acciones sociales, políticas, culturales, simbólicas, que conllevan a la conceptualización de desarrollo en los países del tercer mundo, los cuales han alcanzado a través del tiempo un significativo subdesarrollo y alcanzado una homogenización del discurso en el ejercicio del poder en los países pobres o tercermundistas.
Vale la pena anotar que es de gran importancia no sólo para el desarrollo productivo sino el social; capacitar o fomentar espacios de formación para los pobres, generar en ellos el deseo de investigación y brindarles los conocimientos sobre los avances de la tecnología para que no sigan siendo objetos de beneficio sino sujetos proactivos mientras que otros gastan y malgastan dinero en nombre de los pobres.

¡Qué será de nuestra patria, así como vamos!

"Lo que todos deseamos verdaderamente es ser más humanos y sensibles ante los padecimientos de nuestros hermanos en los demás países, eso solidaridad y humanidad, ante todo recordar que sólo somos humanos y de verdad amarnos" Anónimo
Por: David A. Gómez Ferreira
Sin duda alguna, Colombia, un país dentro de los denominados del tercer mundo, ha sufrido mucho con los efectos que ha generado el fenómeno de la globalización; los cuales, se hacen más visibles y con mayores trascendencias  en las zonas marginadas, por su ubicación geográfica, condición socioeconómica y contexto.
No obstante, desde una perspectiva económica, Colombia se ha vinculado al proceso del mundo global, favoreciendo a unos y afectando a otros; pretendiendo crear una  integración de las diversas economías en un único mercado mundial, entre los cuales podemos destacar, el tránsito libre del conocimiento y de los productos. Este aspecto, que influye tanto lo económico como lo social, ha mostrado las dos caras de la moneda. Los pobres son los que sufren por la falta de oportunidades laborales y la poca asistencia en la capacitación de la manufactura, teniendo en cuenta la alta competencia y a las exigencias actuales de la sociedad misma, las cuales están generando carencia de políticas públicas hacia la salud, la pobreza y el hambre.
En cambio, los ricos son los que acceden fácilmente a las condiciones y al proceso de centralización, ya que a través de un  “régimen de verdad” son los que encabezan las acciones desde las esferas política, cultural, social y económica, creando desigualdad e inequidad en la población colombiana. De esta manera, fundamentado en lo que afirma José Amar Amar, en el libro “ Globalización, política públicas y atención a la infancia” que “en la actualidad esta nueva utopía sólo es relativamente verdadera para algunas naciones altamente industrializadas; para el resto del mundo esta nueva civilización le significa más pobreza, menos empleo y una ampliación de la brecha entre pobres y ricos”.
Por otro lado, las anomalías de un país en vía de industrialización, repercuten en el bienestar social de una sociedad con necesidades básicas, que merecen mayor atención y protección social de parte del estado, como lo es la pobreza extrema. La globalización en las dos últimas décadas ha sufrido cambios que denotan la creciente desigualdad en lo laboral, en las perspectivas de género y en los procesos de formación del recurso humano. La gente empieza a ver que existe la necesidad de capacitarse por la competitividad y la dificultad de acceder a los grandes avances de la industrialización; y así proyectarse para obtener una mejor calidad de vida, sin exclusión ni desigualdades. Esto crea una apatía y una aprensión a los procesos de la globalización en los países menos desarrollados.
En este sentido, Amartya Senn en el Capítulo 1 del texto ¿Cómo juzgar la globalización? Indica que “no es suficiente comprender que los pobres del mundo necesitan la globalización tanto como los ricos; también es importante cerciorarse de que en realidad obtenga  lo que necesitan”. Por consiguiente podemos agregar que esta situación de atención a los menos favorecidos en Colombia desafortunadamente no se evidencia con cifras ni hechos, al contrario se disponen y se utilizan los recursos a nombre de ellos, pero no exactamente para su bienestar social.
Otro factor importante que debemos destacar es la seguridad democrática en Colombia, que ha venido generando políticas públicas  en contra de la violencia, narcotráfico y grupos al margen de la ley, los cuales han sido los causantes de la crisis en la cual vive hoy el país, germinado desde la décadas de los ochenta respectivamente. Los colombianos no viven la actualidad una convivencia pacífica equitativa por el contrario cada vez mas incrementa el número de homicidios, desplazamientos forzados, desapariciones y violación de la ley. Estos sucesos se enmarcan en la historia de nuestro país, los cuales han visto representados en los indicadores de la política de seguridad relacionada con la guerra contra narcotráfico y el secuestro. Lo más lamentable es que el gobierno le invierte más dinero a la guerra, mientras que niños, mujeres, hombres y ancianos mueren de hambre y por falta de atención hospitalaria.
La seguridad democrática del país va en declive, ya se han registrado más acciones delictivas por parte de los grupos ilegales en lo que va corrido del año, en comparación con el anterior, el 35% más; reporte registrado por el Observatorio del Conflicto Armado  de la Corporación Arco Iris. Es irónico que el gobierno colombiano invierta mucho dinero en la seguridad de los colombianos pero sigan dando con mayor número los homicidios y los secuestros, y cada día aumentan más. El texto, Diez propuestas para el debate presidencial reafirma que “La superación del conflicto y construcción de paz exigen una mejor comprensión del conflicto y la dinámicas multicausales de la violencia común”. Es decir, crear estrategias para la superación de los conflictos pero sin ir en detrimento de el bienestar de la población víctimas de este flagelo.
En conclusión, a Colombia le esperan muchas transformaciones sociales, políticas, culturales y por supuesto económicas las cuales estarán contextualizadas y serán positivas siempre y cuando los gobernantes adopten una nueva concepción sobre las necesidades reales de los colombianos. Erradicar el conflicto armado no es el paso esencial para la construcción de paz, se necesita disposición y acciones claras para negociar o crear acuerdos con los grupos ilegales para que  Colombia sea un país más pacífico y disminuyan las cifras tan alarmantes de los actos delictivos  por dichos grupos. Así mismo, velar por el bienestar y la protección  social de todos los habitantes de un país tímido al proceso de industrialización.

Relaciones del Estado y la Sociedad

Por: David A. Gómez Ferreira


Desde la década de los 90, se ha venido evidenciando el alcance y el rol del Estado en una sociedad democrática, en la que la participación ciudadana es el principal mecanismo que posee la sociedad para incidir en las estructuras estatales y las políticas públicas.

Por tal razón, la influencia de la participación social a los procesos de una nación con la sociedad, debe entenderse como el conjunto de las acciones y políticas públicas orientadas hacia la articulación de ciertos criterios de desarrollo que permiten el ejercicio pleno del Estado en beneficio de la misma ciudadanía.

No basta sólo con crear organizaciones, renombrar a personas en los barrios, localidades y municipios, hacer intervención parlamentaria en procesos democráticos para promover la participación, se trata es de integrar la sociedad civil con el fin de comprender la esencia de la participación para tener un país más organizado, justo y democrático.
En este sentido,  John Fitzgerald Kennedy afirma que  “La democracia es una forma superior de gobierno, porque se basa en el respeto del hombre como ser racional”, lo cual hace que como ciudadanos llevemos a la reflexión del significado de participación enfocándonos si cuando creemos participar lo hacemos de manera consciente y racional.

Sin embargo, si las acciones y las políticas públicas de un gobierno social de derecho se enmarcan en juicios que no generen desarrollo ni asignación de recursos eficientemente, crean desarticulación en el organismo estatal con la sociedad civil y contribuye al detrimento de la capacidad de intervención de las organizaciones; so pretexto al redescubrimiento de las funciones del Estado y, consecuentemente, a un proceso de redefinición de las relaciones de poder e interacción entre Estado y Sociedad, que permiten plenamente ejercer la participación democrática.

Avanzar en este sentido significa, necesariamente, caracterizar, vivenciar y comprender las particularidades de dicho proceso, concentrando todos los esfuerzos en la construcción y generación de conocimiento con base a la elaboración de diagnósticos, formulación y análisis de políticas públicas ajustadas a los diversos escenarios de una nación.

Los problemas heredados entre un gobierno u otro, requieren en el presente nuevas herramientas y mecanismos de análisis acordes a las necesidades de la región, los cuales permitan conocer, contener, entender y redescubrir la complejidad de los procesos  y condiciones sociales actuales.

¡O avanzo o me estanco!

Por: David A. Gómez Ferreira

Desde hace algunos años la manera de enseñar y aprender ha ido cambiando aceleradamente, ya que se han venido implementando innovadoras estrategias por parte del gobierno nacional que promueven el interés de los que, por condiciones político-sociales no acceden a la educación básica y media; pero si llevan consigo la esperanza de que exista una transformación de consciencia en el país.

Este cambio metodológico, positivo para la educación en Colombia, se debe además, a la influencia de los avances tecnológicos que ha generado el mundo global, los cuales incentivan a la cualificación de profesionales en la materia, como la  práctica que demanda compromiso y responsabilidad, atendiendo a las exigencias de la educación actual.                                  
Si bien es cierto que la “deserción escolar” o mejor el “abandono escolar”,  para no darle terminología militarista, y los bajos niveles en el ranking educativo a nivel nacional son alarmantes y de gran preocupación para el departamento, nos encontramos en la penosa posición de penúltimos desde hace ya mucho tiempo, lo cual llega a generar preocupaciones y conllevaría a pensar que será de las próximas generaciones si no alcanzamos unos significativos niveles de desarrollo y educación comparados con los países del primer orden.

Para Eduardo Aponte Rodríguez, en su artículo “Deserción Escolar” manifiesta que es importante destacar que este hecho que se da a diario en las diferentes escuelas y en diferentes clases sociales, tiene diversas causas que concluyen en la deserción misma, y que todos podemos ser protagonistas o causantes de dicho fenómeno. Con base a este aporte de Aponte, es claro que tanto la familia como la sociedad juega un rol importante para solucionar dicho problema, las manifestaciones de apoyo o rechazo  de cada uno de estos actores contribuirán positiva o negativamente a esta población, en lo que debemos pensar es de que manera somos protagonistas, recordando que ya no es sólo problema de los infantes sino de todos.

Con el pasar de los años, se han venido generando propuestas desde las universidades, entidades internacionales y organizaciones no gubernamentales, para solucionar las diversas problemáticas educativas pero evidentemente un cien por ciento no han sido los resultados, por ejemplo el Magdalena,  departamento que lastimosamente sigue ocupando los vergonzosos últimos lugares en materia de educación.

Muchos de estos factores negativos inciden directamente con los sistemas y las formas de evaluación de los estudiantes, que sólo se limitan a corregirlos y juzgarlos académicamente no a que ellos mismos conozcan su fortalezas, debilidades y puedan ser capaces de buscar sus propias maneras de afianzarlas o superarlas.

Como referencia, Orlando Fals Borda, alude a la interacción del estudiante en su proceso de aprendizaje, quien debe ir más allá sus vivencias escolares con el fin de ganar una visión interior completa de las situaciones y procesos estudiados, y con miras a la acción presente y futura. Esto implica que se involucre como agente dentro del proceso que estudia, aprendiendo así no sólo de la observación que hace, sino del trabajo mismo que ejecuta".

Por consiguiente, la aplicación de estos procesos, en la forma que normalmente se hace, es inapropiada y muy subjetiva, ya que lo que hace es complejizar más las condiciones escolares de los estudiantes, y más aún, cuando pertenecen a una población que ha sido azotada por el verdugo social que desde hace décadas posee el país.

Realmente, se debe pensar si para solucionar esta anomalía educativa se está sensibilizando de manera adecuada a los orientadores, para que exista en ellos el interés de lograr que los estudiantes estén a disposición de asistir a las clases, aprender, desarrollar y alcanzar las metas que se propuestas, pero eso si garantizando la permanencia dentro del sistema escolar.

miércoles, 26 de enero de 2011

La Globalización: Carencia de políticas sociales en países tercermundistas


Por: David A. Gómez Ferreira


* El desarrollo de políticas sociales permiten la calificación del personal, logrando mejorar sus ingresos y la calidad de vida; propiciando el mejoramiento económico y el bienestar social de las civilizaciones menos desarrolladas.

Sin duda que el fenómeno de la globalización ha generado nuevos paradigmas sociales y tecnológicos, creando así una nueva forma de vida y cambios negativos para el desarrollo de los países del tercer mundo; los cuales han afectado significativamente los aspectos económico, político y social, lo que ha conllevado a que aumente el índice de pobreza, menor oportunidad de empleo, vulneración de los derechos, desigualdad y exclusión social.

El proceso de integración global de los factores globalizantes como el mercado, la tecnología y el conocimiento, en las últimas décadas del siglo pasado, conllevó a que muchas personas y familias de las clase media y obrera, fueran los más perjudicados, ya que las políticas sociales no iban exactamente dirigidas hacia el bienestar social sino al mejoramiento y la competencia de la economía ante los países desarrollados. Es por eso que Milan Kundera afirma que “la sociedad moderna ha progresado en el aspecto social pero genera la degradación del hombre”.

Por lo tanto, la intención que dirige este artículo, se manifiesta en la perspectiva de José Amar Amar en el libro “Globalización, Políticas Públicas y Atención a la Infancia” la manera palpable de las anomalías que trae consigo la globalización, la fragmentación socioeconómica y la crisis que repercute especialmente en el bienestar de la población infantil y la población en general de los países menos industrializados. No obstante, no puede desconocerse que la nueva civilización pretende crear una sociedad de caras a los avances tecnológicos y competitividad cognitiva en el mundo globalizado, que a su vez exige a las personas ser capaces de competir, innovar e incorporar información requerida teniendo en cuenta los requerimientos de los países del primer orden. En este sentido, Amar Amar precisa que parte del argumento de la “construcción de un sistema de vida que no se limita al crecimiento económico sino que parte de la conciencia colectiva; en la cual, es necesaria una mejor distribución de las riquezas y oportunidades”.

El proceso de la globalización en los países menos desarrollados, ha generado una gran preocupación en el campo laboral, relacionado con la inestabilidad e inseguridad de los empleos, so pretexto a la competitividad que emanan los países industrializados. Por eso se hace alusión al desarrollo de políticas sociales con que permitan la calificación del personal, logrando mejorar sus ingresos y la calidad de vida; propiciando el mejoramiento económico y el bienestar social de las civilizaciones menos desarrolladas. Por otra parte, la situación alarmante de América Latina, es que más del 40% de los habitantes viven en condiciones de pobreza de los cuales la mayoría es la población  infantil. Este problema social a causa de la globalización, es una realidad para muchas personas que infortunadamente hacen parte del aglomerado número de habitantes de países tercermundistas, víctimas de la inequidad y violación de los derechos humanos, sin crear o propiciar espacios y oportunidades para que los pobres dejen de ser ignorantes ante la sociedad.

Finalmente, Colombia quiere apostarle a la globalización, pero es efímera la inversión y la preocupación del estado con relación al bienestar social, lo que ha conllevado a aumentar la tasa de desempleo y la inadecuada distribución del capital, priorizando en otros aspectos que no promueven la competitividad de una sociedad con carencias de desarrollo frente a los países industrializados. Aunque se impulsen programas de beneficios a través de subsidios para tener una “vida digna”, las políticas ejercidas no han sido las mejores y como país del tercer orden, si se quiere estar a la vanguardia, es menester replantear, que se debe impulsar una política social que impacte sobre lo económico y no al contrario.
Por otra parte, la educación con calidad es el medio más fácil, rápido y eficiente para comenzar a visualizar en el desarrollo de un país que anhela no sólo en competir con las grandes potencias, en tecnología, ciencia y comercio,  sino de mejorar la calidad de vida, las condiciones laborales y calificación de sus habitantes en aras de promover la equidad e igualdad en los países con menos niveles de desarrollo.