lunes, 18 de mayo de 2020

Competencias Comunicativas divergentes, flagelo de la pandemia (COVID-19)


Por: David Gómez Ferreira
Son muchos los perjuicios que ha sufrido la educación en Colombia a consecuencia de la pandemia conocida como Coronavirus (COVID-19), considerada ésta, la fusta con la que hoy se castiga la compañía, el intercambio social, los procesos académicos y la comunicación presencial en los escenarios educativos; la cual además, ha obligado a alrededor de 50 millones de colombianos a un confinamiento o cuarentena como prevención para evitar su propagación.
La realidad de hoy, es que los procesos de aprendizaje y enseñanza que se imparten en las escuelas son los mártires. Aunque el esfuerzo es de toda una comunidad educativa, queda en evidencia que la educación virtual jamás reemplazará a la presencial y las herramientas tecnológicas y la creatividad del maestro, son los dos pilares fundamentales ante esta situación compleja y sorpresiva. Lamentablemente, en muchas ocasiones el esfuerzo, la dedicación y la pasión por enseñar, son opacados por las necesidades y la vulnerabilidad que presenta la población estudiantil en Colombia. Casos como el de los estudiantes que se suben a un árbol para conectarse a la red y de aquellos que con sus teléfonos “hacen maravillas” para cumplir con sus compromisos académicos, son la fiel muestra de una educación virtual  carente, llena de obstáculos y desafíos. Por ende, la falta de conectividad, de equipos tecnológicos y de computadores, son la “piedra en el zapato” para una educación no presencial ideal y de calidad.
La Ministra de Educación, María Victoria Angulo, en uno de sus pronunciamientos aseveró que al iniciar la cuarentena, desde el MEN no se habla solo de virtualidad, sino de presencialidad asistida por tecnologías de la información y comunicación, como la forma de evitar mayores traumatismos y brindar flexibilidad y garantía a los estudiantes durante el desarrollo de las clases virtuales. El problema no se minimiza resignificando las palabras o centrándola solo en los acompañamientos permanentes, esto es un problema más de fondo. La realidad es que la educación virtual es un reto y presenta muchas anomalías, anomalías que le competen al Estado solucionar, no basta con la asistencia afable y comprometida de los maestros, el Ministerio del Ramo es el que debe garantizar el acceso a la virtualidad de los millones de estudiantes residentes en las áreas rurales y urbanas del país, para que estos procesos sean más efectivos y eficaces, porque esto es lo que verdaderamente aqueja a esta población y es lo que los mantiene alejados de este proceso educativo inesperado. Hay que verificar si los programas adelantados por el MEN están siendo eficientes o están generando el impacto esperado en lo que va corrido de este confinamiento. ¡Esperemos a ver dijo el ciego!
Pero no todo es negativo, durante estos tiempos de confinamiento, la creatividad, innovación y capacidad de los maestros para orientar sus áreas es notoria y admirable; y en ese ejercicio, las competencias comunicativas toman aún más valor y crean una sinergia con las estrategias didácticas utilizadas en las sesiones virtuales. Las herramientas tecnológicas como ZOOM, TEAMS, MEET, entre otras, se han convertido en los medios más cercanos a la presencialidad. No obstante, con las videoconferencias, las aplicaciones de interacción sincrónica y las actividades didácticas para el desarrollo de las clases, se están favoreciendo y privilegiando las competencias comunicativas orales, pero a su vez, se evidencia el detrimento o descuido de las competencias comunicativas escriturales.
Comúnmente, las acciones académicas sincrónicas giran en torno a actividades orales como socializaciones, sustentaciones, exposiciones, grabaciones y videos, dado a que estas tácticas educativas facilitan al maestro la retroalimentación y el intercambio de opiniones, orientaciones y explicaciones. Además, estas, muy positiva y curiosamente, dejan ver los avances que han tenido los estudiantes con relación a sus habilidades de expresión oral, lo que para la educación presencial siempre será un desafío. Sin embargo, las competencias comunicativas escritas son las que se han visto afectadas con esta cuarentena, debido a que los textos escritos son poco solicitados y utilizados como estrategia didáctica en la virtualidad,  por la complejidad valorativa, el volumen de su contenido y la retroalimentación virtual que acarrea. Los textos escritos ameritan una rigurosidad evaluativa, por eso, este proceso se considera complejo en este trance y “choca” con las directrices nacionales de flexibilidad en tiempo y en actividades e innovación en la práctica docente. Los ensayos, artículos y textos académicos han pasado a un plano de subutilización forzosa, no porque se quiera, aclaro, sino porque el confinamiento produjo este fenómeno educativo de forma repentina. Más fluidez y creatividad en el quehacer docente, más pragmatismo, más innovación y mucha flexibilidad.
No cabe duda que esta situación atípica e imprevista de salud pública, ha generado un cambio drástico no sólo en la academia sino en los estilos de vida y las conductas cotidianas de los colombianos, motivados a ver la vida de una manera diferente, a valorar la convivencia, el tiempo, el trabajo y la interacción familiar y social, a capacitarse y actualizarse con las plataformas virtuales para estar a la vanguardia con los procesos comunicacionales y laborales actuales.
Hoy, las instituciones educativas colombianas extrañan a los estudiantes, a los docentes, a los directivos, al personal administrativo, a todos; porque la esencia de la educación es la interacción de su comunidad educativa. Es incierto el regreso a las clases, pero en esta coyuntura es indiscutible la loable labor que han ejercido los maestros, padres de familia y los mismos niños y niñas, que aunque están siendo afectados, acatan con responsabilidad, compromiso y dedicación, la educación virtual. Lo que sí es claro, es que esta cuarentena genera un atraso y contribuye a un bajo nivel de la educación en Colombia en lo que respecta a este año 2020. Respeta el aislamiento social obligatorio, #QuédateEnCasa.